Nos encontramos ante las escaleras que nos suben al último tramo de las pasarelas, antes de recorrer el Desfiladero de los Gaitanes. Deténgase unos minutos pues merece la pena dedicar una mirada hacia atrás y contemplar el camino andado. Aquí se separaba el canal y el Caminito del Rey.
El canal inicia aquí un recorrido prácticamente subterráneo hasta el puente acueducto de Eugenio Ribera y el puente colgante. En 2017 el canal ha sido reabierto tras la correspondiente restauración, permitiendo el tránsito por su interior de los visitantes, que pueden usarlo como alternativa al sendero aéreo los días que, debido a la lluvia o al viento, se producen desprendimientos de rocas en este cañón.
El túnel tiene unos 300 metros de recorrido, de los cuales 285 son interiores y 15 son exteriores en el Valle del Hoyo. El mismo cuenta con alumbrado de balizamiento en el interior.
Dispersos por el techo del túnel existen pequeñas oquedades (antiguas perforaciones de barrenos y pequeñas grietas) que son utilizadas como refugio diurno por diferentes especies de quirópteros (murciélagos). Para evitar molestarlos, se ha instalado una tenue iluminación a baja altura, mediante dispositivos tipo leds.